Descubre la narrativa de tu organización y activa el poder de una conversación sincera
Detrás de cada organización hay una gran historia que contar. Los inicios, los momentos más significativos, los grandes retos … Pero hay mucho más.
Porque un relato es una forma de interpretar el mundo.
Un relato corporativo es una fórmula coherente y consciente para mostrar el propósito que da impulso a la organización.
Y es también la herramienta más poderosa para potenciar la comunicación, involucrar emocionalmente a otras personas y establecer con ellas conexiones duraderas.
El poder de la narrativa en tiempos de algoritmos.
En este momento, cuando la inteligencia artificial generativa propone un aluvión de contenidos casi indistinguibles, es urgente revisar la estrategia. Y ofrecer sinceridad, autenticidad y personalización.
Es cuestión de supervivencia.
Porque solo una comunicación que nazca un relato real, leal y bien estructurado, que refleje claramente el propósito de una organización y que aporte valor logrará llegar a la audiencia. Y penetrar en su corazón.
El resto se lo podemos dejar a los robots.
Lo que un buen relato hace por tu organización
Aporta perfiles claros
Un buen relato comunica con precisión la identidad de una empresa o asociación, su propósito y sus valores. Y lo hace de una manera coherente y atractiva.
Involucra emocionalmente
Un buen relato es mucho más que datos y hechos: involucra a los clientes potenciales desde los valores y establece conexiones significativas con los stakeholders.
Resalta tu propósito
Narrando experiencias, desafíos e incluso anécdotas, un buen relato muestra los valores fundamentales que guían a la organización y la humanizan.
Refuerza tu marca
Porque solo una marca basada en elementos claros resulta genuina. Y solo con esos principios se puede destacar en un entorno tan saturado como el actual.
Conecta con las personas
Un relato que humaniza, genera una marca atractiva y construye una conexión sólida y más duradera con las personas (clientes, empleados, colaboradores).
Atrae al mejor talento
Además de atraer clientes, un buen relato ayuda a captar empleados con talento y a construir un equipo comprometido con la misión de la organización.
Las automatizaciones y los embudos, las métricas, los KPIs y los clics. La comunicación corporativa está dominada por buenas soluciones… que en demasiadas ocasiones han terminado siendo reduccionistas.
Esas herramientas son necesarias. Y muy valiosas. Pero cuanta más importancia adquieren, más valor tiene la conversación humana.
“Los mercados son conversaciones”. Aquel mantra formulado cuando internet era joven tiene hoy más vigencia que nunca.
Por eso, mi trabajo consiste en devolverle la sinceridad y la voz humana a las comunicaciones corporativas y así permitir que sus voces vuelvan a ser deseables.
Darás coherencia y calidad al contenido que difundes y conseguirás que tu comunicación suene humana. Tus mensajes llegarán más lejos.
Podrás alinear toda tu comunicación y lograr que tu propuesta tenga valor para las personas. Ellas registrarán tu marca en su memoria.
Potenciarás tus estrategias de marketing, humanizándolas y convirtiéndolas en relaciones sólidas y duraderas.
¿Qué hace una escritora como yo en un entorno corporativo como este?
Hace años que comencé a trabajar para empresas y organizaciones. Llegué a este entorno por casualidad, después de formarme en filología y en bellas artes y tras escribir en varios medios de comunicación.
Ya nunca he querido salir de aquí.
A lo largo del tiempo me he formado en disciplinas complementarias. Pero una y otra vez vuelvo a los clásicos de la literatura y el arte. Para entender cómo funcionan las grandes historias, las que se contaban hace mucho, cuando la musa aún no había aprendido a escribir. Y para descubrir cómo se insertan en nuestras mentes sin que apenas lo sintamos.
¿Qué hace una escritora como yo en un entorno corporativo como este?
Hace años que comencé a trabajar para empresas y organizaciones. Llegué a este entorno por casualidad, después de formarme en filología y en bellas artes y tras escribir en varios medios de comunicación.
Ya nunca he querido salir de aquí.
A lo largo del tiempo me he formado en disciplinas complementarias. Pero una y otra vez vuelvo a los clásicos de la literatura y el arte. Para entender cómo funcionan las grandes historias, las que se contaban hace mucho, cuando la musa aún no había aprendido a escribir. Y para descubrir cómo se insertan en nuestras mentes sin que apenas lo sintamos.
Aunque habito el siglo XXI, con frecuencia viajo en el tiempo para investigar sobre la cultura popular de los siglos XIX y XX. Historia de la fotografía, zarzuela, publicidad, espectáculos taurinos… Me encanta investigar en esos espacios porque en ellos, las bellas artes se pusieron todo su poder al servicio los relatos dominantes. Con tanta fortuna que sus propuestas se han insertado como verdades inapelables en muchas generaciones.
Y créeme: cuanto más conozco las organizaciones para las que trabajo mejor soy investigando el pasado. Y, en compensación, cuanto mejor conozco el pasado más eficaz soy trabajando para quienes necesariamente deben mirar al futuro.